El 27 de octubre participamos , por videoconferencia, en la jornada técnica «La gestión eficiente del agua para mejorar la productividad y sostenibilidad del sector vitivinícola», organizada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en Tarija (Bolivia). Francisco Robles presentó la ponencia «Transición de la viticultura convencional a la ecológica. Un nuevo paradigma: economía sostenible y circular» ante productores, técnicos y responsables públicos del Cono Sur.
Qué compartimos
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Suelo vivo, agua retenida. La cubierta vegetal, la eliminación de herbicidas y el manejo agroecológico mejoran la infiltración y la estructura del terreno, reducen la erosión y aumentan la resiliencia frente a la sequía.
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Gestión integral del agua. No todo es tecnología de riego: equilibrar suelo–vegetación–microbiología es clave. Presentamos algaVid, nuestro proyecto para digitalizar y monitorizar el suelo mediante microalgas y datos en tiempo real para optimizar decisiones hídricas y energéticas.
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Economía circular y energía limpia. Revalorización de subproductos (compost y nuevos alimentos), autoconsumo fotovoltaico con medición de emisiones evitadas y diseño de lagunas de depuración con plantas acuáticas para cerrar el ciclo hídrico del viñedo.
“La sostenibilidad del agua es la sostenibilidad del vino.” —Francisco Robles.
Un modelo replicable
El IICA subrayó que la gestión del agua y la sostenibilidad no son costes, sino inversiones estratégicas para la supervivencia del viñedo en escenarios climáticos extremos. Nuestro caso se propuso como modelo replicable para otras regiones vitivinícolas del continente.
Un camino con resultados medibles
Este intercambio internacional se apoya en un recorrido sostenido en Robles: primera bodega española en certificar su huella de carbono (2009) y plan de mejora alineado con los ODS (energía fotovoltaica, economía circular, gobernanza y cadena de valor). Además, nuestro enfoque ha sido reconocido con el Premio BBVA al Mejor Producto Sostenible de España 2024.
Seguiremos compartiendo aprendizajes y abriendo caminos para que, generación tras generación, el viñedo sea más resiliente, el agua mejor cuidada y los vinos un reflejo vivo de nuestra tierra, nuestra pasión y nuestras raíces.







