La viticultura regenerativa frente al cambio climático

Francisco Robles, gerente de Bodegas Robles, es entrevistado en La Noche de Cope por Carlos Márquez sobre la viticultura regenerativa como estrategia de acción frente al cambio climático.

Los efectos del cambio climático

Cada vez resultan más evidentes los efectos que el cambio climático causa en los cultivos de la vid y en la uva: vendimias cada vez más adelantadas, pérdida de floraciones, picos de temperaturas altas y bajas, periodos de sequía más largos rotos por lluvias torrenciales; el estrés por temperatura de las plantas; la aceleración y desfases en la maduración; riesgos de plagas y enfermedades que hasta ahora no se daban.

La viticultura regenerativa

Ante esta situación, Francisco Robles, gerente de la bodega, afirma que la cubierta vegetal es la primera línea de defensa contra el cambio climático. La mayoría de los viñedos son de secano y la pérdida de suelo y de carbono orgánico son el mayor problema medioambiental.

De esta forma, Robles propone procesos naturales de agricultura regenerativa que reponga los nutrientes, capte el agua y abone el suelo. En el viñedo de Villargallegos, por ejemplo, se ha desarrollado una cubierta vegetal de especies silvestres autóctonas de raíz corta y fijadoras de nitrógeno, como las trebolinas, amapolas, leguminosas. Esta cubierta vegetal aporta nutrientes a la vid de forma natural, protege al suelo de la escorrentía y la erosión. A largo plazo, aumenta notablemente la fijación de CO2, que se traduce en un aumento de los niveles de carbono orgánico del suelo y una reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Vinos con identidad propia

Los vinos de Bodegas Robles fermentan usando las levaduras autóctonas que están presentes en la tierra del viñedo y llegan a la bodega adheridas a la piel de la uva. Son las responsables de transformar el mosto de la uva en vino e imprimen notas diferenciales y características de identidad a cada vino. Son por tanto, el ADN de nuestros vinos.

La viticultura regenerativa se encarga de su cuidado:

  • No utilizamos plaguicidas ni herbicidas, que siempre inhiben las levaduras y reducen su vigor, evitando que el vino exprese todo su potencial.
  • El suelo en su principal hábitat, por lo que construimos un suelo vivo y sano que les permita alcanzar un desarrollo ópitmo a través de la cubierta vegetal y el fomento de su biodiversidad.

En pocas palabras, «la fertilidad del suelo no se compra, la construimos cada año».

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